Iberoamerican Business Journal
Vol 3 N° 2 | Enero 2020 pp. 49-59 ISSN:2521-5817 DOI: http://dx.doi.org/10.22451/5817.ibj2019.vol3.2.11032
49
Escuela de Postgrado Neumann Business School
1
Doctor (c) en Administración por la Universidad Privada de Tacna - Perú Docente Asociado,
Escuela de Postgrado Neumann Business School
E-mail: byabar@epneumann.edu.pe
Aproximaciones al estudio del medio ambiente y la explotación minera
en el extremo sur peruano. Siglos XVI – XVIII
Approaches to the study of the environment and mining exploitation in the extreme
south of Peru. XVI - XVIII centuries
Ben Yúsef P. Yábar Vega
1
Recibido 21 de agosto del 2019 - Aprobado 28 de diciembre del 2019.
Aproximaciones al estudio del medio ambiente y la explotación minera en el extremo sur peruano. Siglos XVI – XVIII
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Escuela de Postgrado Neumann Business School
El presente artículo hace una
revisión inicial del medio ambiente y la
explotación minera realizada en el
extremo sur-peruano entre el siglo XVI y
XVIII en el afán de aproximarnos a inferir
cualitativamente algún impacto de la
explotación minera sobre el medio
ambiente. Con las fuentes revisadas
resulta una probabilidad alta que la
explotación minera causase un impacto
desfavorable en el medio ambiente,
principalmente en el componente
humano o demográfico, por el evidente
descenso demográfico, y que pudo
deberse a la explotación minera, la mita
minera, y el enganche; todas estas
actividades efectuadas en los territorios
materia de estudio. La inferencia inicial
deberá ser contrastada con el estudio de
fuentes primarias para tener una mayor
certeza de lo inferido y de las otras
dimensiones del medio ambiente como
variable de estudio.
PALABRAS CLAVE: medio
ambiente, explotación minera, sur-
peruano, encomienda, indio tributario.
This paper makes an initial review of the
environment and the mining exploitation
carried out in the south-Peruvian extreme
between the 16th and 18th centuries in
an effort to approach qualitatively
inferring some impact of mining
exploitation on the environment. With the
sources reviewed, it is a high probability
that mining exploitation would have an
unfavorable impact on the environment,
mainly in the human or demographic
component, due to the evident
demographic decline, and that it could be
due to mining exploitation, the mining
mita, and enganche; All these activities
carried out in the territories studied. The
initial inference should be contrasted with
the study of primary sources to have a
greater certainty of the inferred and of the
other dimensions of the environment as a
study variable.
KEYWORDS: environment, mining
exploitation, south-peruvian, encomienda,
indian tributary.
RESUMEN
ABSTRACT
Ben Yúsef P. Yábar Vega
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“Hay otra parte donde sacaban plata
asimismo, como tengo dicho, que se llama
Tarapacá.” (Pizarro, 2013[1571], p.167).
Los antiguos peruanos, buscaron y
extrajeron los metales preciosos como el oro
y la plata con fines ornamentales para el
vestido de los indígenas principales y para la
decoración de sus templos. Los hispanos que
llegaron al Perú lo hicieron para enriquecerse
y esto se logró inicialmente gracias a las
jornadas de Cajamarca y del Cusco, donde
los primeros conquistadores se apropiaron de
grandes cantidades de oro y plata. Los
botines de oro y de plata a las que
accedieron los primeros conquistadores del
Perú corresponde a un corto periodo de
tiempo que va desde 1532 con el ingreso de
Pizarro y sus hombres a Cajamarca y termina
hacia 1536 con la rebelión de Manco Inca
(Trelles, 1991).
Pero los hispanos continuarían
llegando y seguirían en su empeño de
hacerse de oro y plata, pero esta vez, desde
la explotación minera (Trelles, 1991). De esta
manera en el vasto virreinato del Perú se
descubrirán las minas de Potosí y
Huancavelica, consideradas las más
codiciadas de Sudamérica. Sin embargo hay
que destacar la explotación de la mina de
plata de Huantajaya en Tarapacá, y cuya
callana a la postre se ubicaría en el pueblo
de Tacna, cerrando un circuito económico
entre Tacna y Tarapacá.
El medio ambiente peruano es
extenso y diverso en sus tres regiones
naturales, la costa y el mar del pacífico; la
sierra y los andes; la selva y la cuenca
hidrográfica. En lo que respecta al extremo
surperuano, su medio geográfico presenta
una costa árida y un mar con abundante
recursos hidrobiológicos; como también una
cordillera volcánica con valles interandinos.
En todo este medio geográfico se fueron
desarrollando los pueblos, que hoy son
ciudades, como Ilo, Tacna, Arica e Iquique.
Los esfuerzos por la preservación del
medio ambiente, si bien es de reciente data,
el medio ambiente siempre existió, el mismo
que estuvo a merced de los exploradores
españoles, luego de los empresarios criollos
y finalmente de las empresas peruanas y
extranjeras. Sin embargo la presentación de
los informes técnicos y auditorías sobre la
repercusión de la explotación minera en el
medio ambiente, es reciente. También es
importante indicar que los informes sobre los
efectos de la explotación minera durante el
periodo hispano son escasos o en todo caso
no son los suficientes. La interrogante que se
hace es ¿De qué manera repercutió la
explotación minera en el medio ambiente
INTRODUCCIÓN
cv
Aproximaciones al estudio del medio ambiente y la explotación minera en el extremo sur peruano. Siglos XVI – XVIII
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durante los siglos XVI y XVIII en el extremo
surperuano?
Un primer acercamiento que se tiene
sobre la explotación minera y el medio
ambiente se encuentra en la crónica de
Pedro Pizarro, denominada Relación del
descubrimiento y conquista de los reinos del
Perú de 1571. En ella los encomenderos
Lucas Martínez Vegazo y Pedro Pizarro
fueron coprotagonistas:
Pues aconteció que Pedro Pizarro tenía los
indios de su encomienda cerca de estas
minas, y tuvo noticia de un indio había otras
minas más ricas que la que Lucas Martínez
labraba, y yendo en busca de ellas, topó
unas catas que los indios antiguamente
labraban, dos tiros de arcabuz de la que
labraba Lucas Martínez ya dicho; y
preguntando a los indios que sacaban de allí,
dijeron que cobre, y mentían, pues buscando
en una cata pequeña que los indios habían
dejado a un lado de ella, poco más de dos
palmos debajo de la tierra, se hallaron unas
piedras a manera de adobes, que en obra de
medio estado que estaban estas, se sacaron
más de tres mil pesos de pedazos de piedras
a manera de adobes de plata blanca
pequeños que subía de la ley, que no se
hacía más que arrancado el adobe le daban
con una almádena encima, y saltaba una
costra de piedra delgada que tenía, y
quedaba hecha una plancha de plata. Pues
creyendo que era la veta rica, gastó aquí
Pedro Pizarro en esta mina más de veinte mil
pesos, cavándola diez y ocho estados de
peña viva, y no halló más plata. Pues sabido
Lucas Martinez esta plata que al principio
Pedro Pizarro halló, creyendo que era la veta
del sol, amenazó a los caciques de Tarapacá
de su encomienda, diciendo que los había de
matar porque no le habían mostrado aquella
mina que Pedro Pizarro había hallado. Pues
creyendo los caciques que Lucas Martínez
los mataría, le dijeron que no tuviese pena,
que aquella mina no era rica, que ellos le
mostrarían la mina y veta del Sol, que ya
tengo dicha, y que no habían osado
descubrirla porque sus hechiceros les habían
dicho se morirían todos y se les secarían sus
árboles y sementeras si la descubrían. El
Lucas Martínez les animó diciéndoles que no
temiesen, que mentían sus hechiceros. Pues
estando los caciques determinados de
mostrársela, ya que se querían partir, un dia
antes sucedió que eclipsó el sol, y creyendo
los indios que el sol se había enojado porque
le habían descubierto su mina, no
entendiendo los cursos del sol, dijeron a
Lucas Martinez que todos se habían de morir
si le mostraban la mina: que el sol se había
enojado, y por eso se había oscurecido.
Pues animándolos Lucas Martínez y
diciéndoles que de tiempos a tiempos hacia
el sol aquello, los consoló algo y dijeron que
irían con él a mostrársela. Pues yendo por el
camino aconteció que la tierra tembló muy
recio, y visto los indios el eclipse del sol y el
temblor de la tierra, dijeron que aunque los
matasen no descubrirían la mina y así lo
hicieron, que nunca quisieron mostrarla (esto
fue en tiempo que Vaca de Castro
gobernaba), sino llevándole a unas partes y
Ben Yúsef P. Yábar Vega
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EL MEDIO AMBIENTE,
GEOGRÁFICO Y HUMANO
a otras fingieron que no atinaban con ella.
(pp.168-169).
El texto extraído de la crónica de
Pedro Pizarro es el primer acercamiento a la
explotación minera y al medio ambiente,
aunque evidentemente son relaciones
espúreas las que los indígenas establecieron
entre la explotación minera, los eclipses y los
sismos, como también era evidente para los
hispanos del siglo XVI.
“Están estas minas de Tarapacá en unos
arenales. Doce leguas de estas minas está el
agua dulce, y por partes, a treinta ni a
cuarenta no la hay.” (Pizarro, 2013[1571],
p.167).
Referirnos al extremo surperuano entre
el XVI y XVIII, es referirnos a las actuales
regiones de Tacna (Perú), Arica y Parinacota,
y Tarapacá (Chile), hacia fines del siglo XVIII
las tres regiones formaban parte del partido
de Arica, otrora corregimiento de Arica, y
antes de esto los indígenas de estos
espacios, tributaron principalmente para las
encomiendas de Lucas Martínez Vegazo y
Pedro Pizarro, ambos entre los principales y
más sobresalientes encomenderos de los
primeros años de la dominación hispana.
Lucas Martínez Vegazo poseyó las
encomiendas de indios tributarios de los
mitmas de Arequipa, los indios carumas, Ilo,
Arica y Tarapacá, mientras Pedro Pizarro fue
encomendero de los indios del valle bajo de
Tacna, luego de la totalidad del valle de
Tacna y de los mitmas Carangas en Codpa.
La región que se extiende desde Ilo
hasta Tarapacá, es un espacio desértico y
caracterizado por carecer de precipitaciones
pluviales, lo que la convierte en una de las
regiones más áridas del planeta. Relacionado
ahora el medio ambiente y geográfico del
espacio desértico con la explotación minera,
Kendall Brown compara el espacio de la mina
de Huantajaya con el espacio de la mina de
plata de Potosí en Charcas (actual Bolivia), la
más rica durante del periodo de estudio.
Brown (2015) manifiesta:
Muy pocos depósitos de mineral son del
volumen y riqueza suficientes como para
permitir un auténtico desarrollo a largo plazo,
necesario para la evolución de complejas
instituciones sociales. Potosí y Huantajaya
son dos excepciones importantes. Sus
contrastantes elementos geográficos
permiten trazar una comparación interesante:
el primero, situado cerca de la población
india de la sierra, tuvo problemas masivos
con el trabajo forzado, en tanto que el
segundo, ubicado en un desierto
deshabitado, atrajo trabajadores voluntarios
por medio de incentivos especiales. Potosí
se vio plagado por inundaciones desastrosas
que destruyeron repetidas veces las
instalaciones de refinación, en tanto que
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Huantajaya languideció en medio de una
ausencia casi total de lluvia. Fueron muchos
los planes diseñados para superar las
desventajas geográficas de ambos centros
mineros, pero al final se encontró que los
problemas de Huantajaya eran simplemente
demasiado formidables. Las utilidades
cayeron precipitadamente a medida que los
depósitos de la superficie de alta ley
disminuían; aislados de las corrientes
principales de la economía colonial, los
propietarios de las minas se volvieron cada
vez más a medios ilegales con los cuales
reducir sus gastos. (p.156).
Sin embargo “Huantajaya es un ejemplo
notable del ingenio humano dentro de un
entorno con severas limitaciones
medioambentales” (Brown, 2015, p.155).
Pero todas las adversidades finalmente
hicieron que la mina perdiera rentabilidad y
finalmente se convirtiera en una mina de
segundo nivel.
Otra mina a considerar es la de
Choquelimpe ubicada en la zona de la
precordillera de Arica. En ese periodo fue un
pequeño asiento minero desde donde se
explotaba cobre y plata. La mina de
Choquelimpe tuvo sus orígenes en el periodo
del Perú virreinal (Rosenblitt, 2013). Sin
embargo la mina se encuentra vigente en la
actualidad, considerando largo periodos de
paralización del yacimiento.
Otros asientos mineros fueron los de
“Carmen Alto en el cerro de Cañajagua, los
de Ilabaya, de Lindona y los de la Santísima
Trinidad y San Joseph de Mecalaco
(Cavagnaro, 2005, p.435). Todos los
minerales de estos asientos mineros como
los de Huantajaya y Choquelimpe fueron
llevados a la Callana de Tacna, a partir de
1779 en que se crea la fundición para el
tratamiento de los minerales. Anteriormente
cada empresario minero debía valerse de
callanas artesanales o trasladar los minerales
a callanas distantes de la región.
Lucas Martínez Vegazo fue el
encomendero que en términos de extensión
geográfica poseyó la mayor cantidad de
valles surperuanos, al margen de que en
términos reales una encomienda estaba
constituida por la cantidad de indios
tributarios y no por una extensión geográfica,
pero el hecho de tener indios en varios valles
a diferencia de Pedro Pizarro que
mayoritariamente los tenía en el valle de
Tacna, hacía que el primero pudiera explotar
los recursos naturales de los valles donde se
encontraban los indios tributarios del
encomendero, todo con mayor facilidad y
oportunidad. Así podemos retraer los celos
que se despertó en Lucas Martínez cuando
los indios tributarios de Pedro Pizarro
extrajeron plata de la región tarapaqueña,
donde predominaban los indios tributarios de
Lucas Martínez anteriormente descrita.
Ben Yúsef P. Yábar Vega
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Las encomiendas del extremo
surperuano hacia 1540 estuvieron
distribuidos principalmente entre cuatro
conquistadores: Lucas Martínez Vegazo, el
principal encomendero y el más rico de la
región, Pedro Pizarro, Hernando de Torres y
Lope de Mendieta. En la tabla 1 se presenta
el detalle de las encomiendas del extremo
surperuano.
Tabla 1. Indios tributarios y las encomiendas del extremo surperuano hacia 1540.
Encomendero / lugar
Tacna
Ilo
Sama
Arica
Codpa
Tarapacá
Total
Pedro Pizarro
800
800
Hernando de Torres
600
86
686
Lucas Martínez V.
194
444
900
1517
Lope de Mendieta
162
162
Total
1,400
173
86
444
162
900
3165
Fuente: Construida a partir de Rosenblitt (2013) y Trelles (1991).
Como se puede observar el
encomendero con la mayor cantidad
de indios tributarios y con una mayor
cobertura geográfica en los inicios del
periodo de los encomenderos fue
Lucas Martínez Vegazo que también
poseyó la mina de Huantajaya en su
poder al estar situada en la zona
donde se encontraban sus indios
tributarios de Tarapacá.
El virreinato peruano desde sus
inicios experimentó una catástrofe
demográfica, las causas son variadas,
y los historiadores no han terminado de
consensuar la proporción de los
factores que llevaron al descenso de la
población nativa de manera abrupta.
En la tabla 2 se presenta el fenómeno
demográfico en la región de estudio
donde Trelles (1991) por ejemplo
menciona: “En términos claros: hacia
1570 la composición de la encomienda
de Lucas Martínez -al margen de sus
cantidades absolutas y siguiendo
probablemente una tendencia general-
reflejaba claramente características de
un conjunto demográfico en franco
decrecimiento.” (p.154).
Aproximaciones al estudio del medio ambiente y la explotación minera en el extremo sur peruano. Siglos XVI – XVIII
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Tabla 2. Indios tributarios y sus familias de Lucas Martínez (1540 y 1570).
1540
1570
Tributarios
Habitantes
Tributarios
Habitantes
Tarapacá
900
4,644
761
3,933
Arica
444
1,873
186
785
Carumas
249
1,220
199
976
Ilo
194
1,493
50
385
Arequipa
100
500
12
60
Total
1,887
9,730
1,208
6,139
Fuente: AGI 401 Justicia 401 Cook (ed.) 1975, citado en Trelles, 1991, p.154.
Como se puede observar en solo
30 años en vez de producirse un
normal crecimiento poblacional, la
reducción de la población o la
tendencia hacia el decrecimiento de la
población nativa es evidente. Esta
reducción debió estar asociado como
en todo el continente a la explotación
forzada de la población nativa a través
de la mita que perduró durante todo el
virreinato.
Para fundamentar lo indicado y
en palabras de Cavagnaro (2005)
refiriéndose al siglo XVIII menciona “el
mineral de Huantajaya era la mayor
riqueza del Corregimiento de Arica”
(p.402). Y con respecto a la mita
minera “...su apogeo trajo desgracias
porque con las minas de plata de
Huantajaya sucedió algo similar que
con las de Potosí respecto de la
necesidad de contar con permanente
mano de obra. La conservación de la
mita permitió la violencia y abuso”
(p.402).
Pero más que la mita, la
institución de la encomienda fue la
causante de la reducción de la
población nativa en el extremo
surperuano. La encomienda fue
diezmando a los indios tributarios. Al
respecto Raul Porras Barrenechea y
Rafael Varón Gabai se aproximan a lo
indicado sobre el encomendero Pedro
Pizarro:
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Pedro Pizarro se quejó de pobreza y de no
tener los recursos para mantener a su
familia. Por ese motivo, en 1568, el cabildo
de Arequipa le hizo merced de veinte
fanegadas (treinta acres o alrededor de
doce hectáreas) de tierra ubicadas abajo
de Tacna, teniendo en cuenta el perjuicio
que le causaba al encomendero la merma
de indios de dicho valle. (Porras, 1986
citado en Varón, 2016, p.1629).
En el caso de Lucas Martínez, se
evidencia el empleo de indios
tributarios en las faena mineras de
Huantajaya al respecto Trelles (1991,
p.251) manifiesta: “como
desconocemos los nombres de los
beneficiarios de estos pagos, nos
hemos limitado a numerar las partidas.
[...] La segunda, a la compra de cuatro
cestos de coca, para el consumo de
los indios de las minas de Tarapacá”.
Información extraída de los pagos a
españoles por parte de los
mayordomos de Lucas Martínez
Vegaso. Con lo que queda claro la
explotación indígena o al menos el
pago del tributo indígena por medio de
labores mineras de los indígenas.
Otra modalidad de asegurar la mano
de obra y de cierta manera de explotar
al indígena lo constituyó el peonaje, o
lo que luego se conoció más adelante
como enganche. Al respecto Brown
(2015) explica que “los propietarios de
las minas conseguían trabajadores
adelantándoles dinero y bienes, y
obligándolos entonces a que pagaran
la deuda trabajando en la mina”
(p.167).
Afortunadamente muchos
documentos han sido resguardados en
archivos, y probablemente uno de los
más prolíficos sean los producidos por
Antonio de O´Brien, funcionario
español, en la segunda mitad del siglo
XVIII. Documentos donde se pueden
encontrar justamente información sobre
los trabajadores, su remuneración y su
productividad, las inspecciones y tasas
de los contribuyentes indígenas, las
concesiones para obras en sitios
mineros, procesos legales entablados
(Jorge Hidalgo, 2016). Documentos
donde se pueden evidenciar las
relaciones de producción español-
indígena, y que no fueron las mejores.
Aproximaciones al estudio del medio ambiente y la explotación minera en el extremo sur peruano. Siglos XVI – XVIII
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LA EXPLOTACIÓN MINERA
Es el metal de plata que en estas
minas hay muy rico, porque lo que más
que se ha sacado de ellas es plata muy
fina, y aun quieren decir que tiene
mezcla de oro. (Pizarro, 2013[1571],
p.167).
Cavagnaro (1988) estudioso del
pasado tacneño y del antiguo extremo
surperuano indica que hacia 1540 y 1541
se produjo un incipiente desarrollo de la
actividad minera e industrial en la región
de estudio, textualmente también refiere
“A la agricultura, afectada hondamente
por la acción conquistadora que consumó
la destrucción del aparato productivo del
incario, y a las actividades mercantiles,
tempranamente incorporadas; se unió la
minería y la industria”
Lucas Martínez Vegazo y Pedro
Pizarro incursionaron en la actividad
minera de la región. Lucas Martínez con
mayor intensidad y éxito, ya que los
espacios geográficos donde se
encontraban sus indios tributarios le
permitieron la explotación minera,
principalmente en el yacimiento minero
de Huantajaya. Lucas Martínez contrató
los servicios de expertos portugueses
para estos fines, siendo el principal de
ellos Francisco Rodríguez Almeida.
Cuneo (1977, p.109) se refiere a
Francisco Rodríguez Almeida, de quien
dice “él y cierto número de portugueses
entendidos en achaques de minería y
metalurgia, acompañaron al Adelantado
don Diego de Almagro en su expedición
al descubrimiento y conquista de Chile”.
Cuneo (1977, p.109) continua “Al regreso
de la hueste, Rodríguez Almeida y los
expertos que con él venían, reconocieron
el mineral de Huantajaya, e
inmediaciones de Iquique, y vieron que
convenía ponerle trabajo”. Finalmente
Cuneo (1977, p.109) culmina “Treinta
años empleó el tesonero portugués en
reconocer, amparar y labrar aquel
mineral, teniendo por base de sus
operaciones a Arica”.
La relación entre Lucas Martínez
Vegaso y Francisco Rodríguez Almeida
que supone Cavagnaro (1988, p.45), es
referida así “Un Francisco Rodríguez
Almeida, lusitano que puede ser el mismo
Rodrigo Ximón que trabajó para Lucas
Martínez”. Pero lo más concreto es que
han quedado evidencias de la
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contratación, por parte de los
encomenderos, de mayordomos
(dependientes o empleados), que se
encargaron de las empresas mineras. Así
en el caso de Lucas Martínez Vegaso
firmó dos contratos para el trabajo de
minas con Diego Gutiérrez y Diego
García de Villalón hacía 1541. Gutiérrez
fue contratado para fundir y enseñar a
fundir a negros esclavos del
encomendero. García de Villalón fue
nombrado apoderado del encomendero
con facultades de cobrar deudas, tomar
minas, contratar a sueldo y despedir
españoles para tales fines (Trelles,
1991).
En el caso del otro encomendero,
Pedro Pizarro, contrató administradores
españoles para el manejo de sus
propiedades “en 1540 autorizó a Juan de
Nava para que lo representase en sus
diligencias judiciales, administrase su
encomienda, registrase minas en su
nombre y cobrase deudas” (Barriga 1939-
1955, citado en Varón, 2016).
Como se evidencia la búsqueda de
yacimientos mineros por parte de los
hispanos y en sí de los encomenderos
fue uno de los objetivos de los ya
veteranos de la conquista y que una vez
iniciada las explotaciones mineras se
convertían en los monopolios de estos
primeros señores del Perú.
Sin embargo las encomiendas
presentaban una vigencia hasta la
muerte de la segunda generación del
primer encomendero. Esta prerrogativa
debió extinguirse durante la primera
mitad del siglo XVII, y con ello
aparecieron nuevos empresarios mineros
ya que la herencia de propiedades y de
explotaciones mineras desapareció.
Con la extinción de los monopolios
de minas, surgieron nuevos empresarios
hacia el siglo XVII, y con mayor
incidencia en el siglo XVIII así tenemos
por ejemplo En Huantajaya (Tarapacá) a
Gregorio Morales, Matías González
Cossio, Francisco y Valentín La Fuente y
Antonio Vigueras; en Choquelimpe
(Arica) a Ignacio Enrique Portales y en
Mecalaco (Ilabaya) a Juan Pedro
Exlemburu.
Estos mineros y otros mineros
menores también tuvieron que
incursionar en la explotación y
comercialización del azogue (mercurio)
Aproximaciones al estudio del medio ambiente y la explotación minera en el extremo sur peruano. Siglos XVI – XVIII
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para las labores de fundición de la plata,
como lo hizo por ejemplo Ignacio Enrique
Portales a finales del periodo hispánico.
La explotación del azogue o
mercurio, como es sabido hoy en día,
reviste peligro al medio ambiente y al ser
humano, sin embargo sobre su uso y su
efecto negativo en el medio ambiente y el
hombre, no se tiene al momento
registros. Como también no se tiene
información sobre el impacto de la
actividad minera sobre el medio
ambiente. Más si sobre la población
nativa que fue afectada producto del
tributo indígena y de la mita.
Referirnos al medio ambiente árido
y volcánico del extremo sur-peruano
entre los siglos XVI y XVIII, es referirnos
a los territorios comprendidos entre Ilo e
Iquique, los mismos que fueron el hábitat
de los indios tributarios principalmente de
las encomiendas de los conquistadores
Vegaso y Pizarro. Luego dichas
localidades y espacios, geopolíticamente
integraron el Corregimiento de Arica y el
posterior Partido de Arica. Los territorios
referidos experimentaron la explotación
minera, la mita minera, entre otras
actividades económicas; todo esto
impactó en un evidente descenso
demográfico y en la recomposición
demográfica del territorio.
La explotación minera en los
territorios de estudio se inició muy
temprano, una vez consolidada la
conquista del Tahuantinsuyo. Y fueron
los primeros conquistadores los que
buscaron vetas en su afán de
enriquecerse. Así tempranamente se
empezó con la explotación de Huantajaya
en Tarapacá como principal yacimiento
minero de la región. Pero no fue el único
yacimiento, también se explotó
Choquelimpe, Mecalaco, entre otros
yacimientos.
Sobre algún impacto de la
explotación minera sobre el medio
ambiente, se tiene principalmente el
correspondiente al descenso poblacional,
siendo sus causas la explotación minera,
la mita minera y el enganche en el
periodo de estudio. Medir en términos
cuantitativos y evaluar cualitativamente el
impacto de la explotación minera sobre el
medio ambiente es una tarea a
CONCLUISIONES
Ben Yúsef P. Yábar Vega
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